En nuestra continuación de la serie «Descifrando el Presupuesto», hoy nos sumergimos en un tema que, aunque no siempre es el más destacado, juega un rol crucial en las arcas municipales de Ceuta: las multas y sanciones. Para el año 2024, Ceuta ha proyectado recaudar 1.428.000,00 € en este concepto, una cifra que no solo refleja las políticas locales sino que también invita a reflexionar sobre la dependencia de la ciudad en ingresos procedentes de sanciones.
Una comparación con otras ciudades de tamaño similar arroja luz sobre cómo Ceuta se posiciona en este contexto. Por ejemplo, consideremos a Gijón, una ciudad con una población aproximada de 270.000 habitantes. En 2023, Gijón recaudó aproximadamente 2,5 millones de euros en multas y sanciones, lo que, al dividir por su población, resulta en unos 9,26 euros por habitante. En comparación, la proyección de Ceuta para 2024 de 1,428 millones de euros, con una población de cerca de 85.000, equivale a aproximadamente 16,80 euros por habitante. Esta diferencia notable sugiere una mayor dependencia de Ceuta en la recaudación sancionadora en comparación con otras ciudades.
Más allá de las cifras, esta situación plantea preguntas críticas sobre la administración y la estrategia de recaudación de la ciudad. Por un lado, la recaudación efectiva de multas es un indicador de un cumplimiento firme de las normativas y leyes. Por otro, un exceso en la dependencia de esta fuente de ingresos puede llevar a cuestionar la proporcionalidad y la justicia detrás de las políticas sancionadoras.
Es más, el dato de que aún hay más de 3 millones de euros pendientes de cobro en Ceuta revela posibles desafíos en la eficiencia de la recaudación. Esta cantidad no recaudada podría impactar significativamente en el presupuesto municipal y en la planificación de los servicios y proyectos de la ciudad.
Además, cabe destacar que el uso de las multas como herramienta recaudatoria debería equilibrarse cuidadosamente con su función primordial: garantizar el cumplimiento de las normas y la seguridad de los ciudadanos. Las multas no deben ser vistas como una ‘caja registradora’, sino como un medio para mantener el orden y la seguridad en la ciudad.
Este análisis lleva a considerar la importancia de una gestión fiscal equilibrada. Es fundamental que la ciudad de Ceuta evalúe continuamente sus métodos de recaudación para asegurar que no se comprometa la equidad social ni la percepción de la justicia entre sus ciudadanos. Una dependencia excesiva en las multas puede crear una imagen negativa de la administración municipal y sus métodos de gobernanza.
En última instancia, el reto para Ceuta y otras ciudades que enfrentan situaciones similares es encontrar el balance adecuado entre la recaudación necesaria para sus presupuestos y la promoción de un ambiente justo y seguro para todos sus habitantes. La transparencia en el uso de los ingresos de multas y una comunicación clara sobre las políticas de sanción pueden ayudar a mitigar cualquier percepción negativa y asegurar una administración municipal eficiente y justa.