Por Plutarco
En el panorama educativo de Ceuta, se cierra un capítulo y comienza otro. La reciente despedida de Yolanda Rodríguez como Directora Provincial de Educación marca el fin de una era caracterizada por desafíos y controversias. Su legado, un tema de debate intenso, deja tras de sí un campo fértil para el análisis y la reflexión crítica. Con el nombramiento de Miguel Señor, surge una mezcla de expectativa y esperanza, cuya gestión va a necesitar de un trabajo intenso.
Los resultados del Informe PISA 2022 han evidenciado un panorama preocupante para Ceuta en el ámbito educativo, especialmente bajo la dirección de Yolanda Rodríguez. Ceuta, junto con Melilla, se encuentra en una posición alarmante en cuanto a rendimiento educativo, comparándose con países como Costa Rica, Chipre y México. Estos resultados no solo reflejan una brecha considerable con respecto a la media nacional, sino que también subrayan la necesidad urgente de reformas educativas profundas.
En matemáticas, Ceuta registró un promedio de 395 puntos, significativamente por debajo del promedio nacional de 473 puntos. Esta puntuación pone en duda la efectividad de las estrategias pedagógicas implementadas en la región durante el mandato de Rodríguez. En lectura, la situación no es menos desalentadora, con Ceuta alcanzando solo 404 puntos, posicionándose como la región con el menor rendimiento en España. Estas cifras no solo representan un retraso académico, sino también un obstáculo para el desarrollo integral de los jóvenes ceutíes.
El desempeño en ciencias sigue esta tendencia negativa, con un promedio de 410 puntos, subrayando la necesidad de un cambio significativo en la educación de la región. La gestión de Rodríguez, marcada por estos resultados desalentadores, plantea interrogantes sobre las políticas y enfoques adoptados durante su mandato. Es crucial considerar cómo estas deficiencias afectan no solo a los estudiantes, sino a toda la estructura social y económica de Ceuta.
La educación siempre ha sido considerada un pilar fundamental para el ascenso social, ofreciendo oportunidades para superar barreras económicas y sociales. Sin embargo, en Ceuta, este ascensor social parece haberse detenido, un hecho dolorosamente evidenciado por los resultados del Informe PISA 2022. Los bajos rendimientos en áreas clave como matemáticas, lectura y ciencias no solo reflejan deficiencias académicas, sino también la incapacidad del sistema educativo de Ceuta para preparar a sus jóvenes para los desafíos del futuro.
Esta falla en el sistema educativo tiene consecuencias profundas. Limita severamente las oportunidades de los jóvenes, perpetuando ciclos de desventaja y dejando a muchas generaciones sin las herramientas necesarias para prosperar en un mundo cada vez más competitivo. La situación en Ceuta, con puntajes de lectura y matemáticas alarmantemente bajos, muestra una realidad donde el potencial de muchos jóvenes no se está aprovechando.
El legado de Yolanda Rodríguez en este aspecto es preocupante. Bajo su dirección, se ha evidenciado una falta de progreso significativo en abordar y mejorar estos desafíos críticos. Esto no solo plantea preguntas sobre las políticas implementadas durante su gestión, sino también sobre la urgencia con la que se deben abordar estas cuestiones para garantizar un futuro mejor para los jóvenes de Ceuta.
Con la llegada de Miguel Señor como nuevo Director Provincial de Educación en Ceuta, la comunidad espera una era de cambios significativos y mejoras sustanciales. Su liderazgo llega en un momento crítico, donde la necesidad de reformas educativas es más palpable que nunca.
Una de las áreas donde Señor enfrenta grandes expectativas es en la revitalización de los Certificados de Profesionalidad. Durante la gestión de Yolanda Rodríguez, este sector sufrió debido a una burocratización innecesaria y excesiva, especialmente en la unidad de Jefatura de Programas. Este enfoque burocrático resultó en la paralización de proyectos cruciales, privando a muchos sectores de la sociedad caballa de oportunidades de formación y empleo. La esperanza está puesta en que Señor implemente medidas efectivas para desbloquear y dinamizar estos programas, que son vitales para sacar de la marginación a amplios sectores de la comunidad.
Además de abordar la cuestión de los Certificados de Profesionalidad, se espera que Señor aporte soluciones innovadoras a los persistentes desafíos en el rendimiento académico y la calidad de la educación en Ceuta. Con un enfoque más práctico y menos burocrático, podría allanar el camino para una educación más inclusiva y efectiva, ofreciendo a los jóvenes ceutíes las herramientas necesarias para su desarrollo integral y futuro éxito.
El cambio de dirección en la Educación de Ceuta con la salida de Yolanda Rodríguez y la llegada de Miguel Señor representa una oportunidad para reflexionar sobre los retos y forjar un camino hacia un futuro educativo más prometedor. Esperemos que de los errores del pasado se extraigan las conclusiones necesarias para llevar la Educación en Ceuta al nivel del resto de España.