La Justicia, en concreto el Tribunal Supremo, ha declarado ilegal la medida de devolver a menores marroquíes a su país, desde Ceuta, tras la avalancha –o invasión, según el criterio al que se quiera atender-, que tuvo lugar en mayo de 2021.
Hay que ponerse en situación: el 17 de mayo de 2021 más de 10.000 marroquíes entraron en tromba en Ceuta, al menos 1.500 de ellos menores de edad. El gravísimo incidente se produce en medio de una crisis entre España y Marruecos que partía, en principio, de la decisión de introducir en España a Bahim Galli, líder del Frente Polisario, para atenderlo de COVID en un hospital de Logroño. Entró con un pasaporte que no reflejaba su verdadera identidad. Los servicios secretos marroquíes se encontraban más que vigilantes y la reacción de Rabat fue contundente.
Las autoridades marroquíes miraron hacia otro lado, cuando no alentaban, ante la entrada masiva de inmigrantes a Ceuta. Esa mañana, en plena alerta por el COVID, los ciudadanos más madrugadores, ignorantes aún de lo que estaba ocurriendo, veían como grupos de jóvenes y menores de edad de apariencia árabe, recorrían las calles sin mascarillas. Los ceutíes se sorprendían puesto que las fuerzas de seguridad ni siquiera les llamaban la atención.
De la sorpresa, a la indignación: “¡Esto es una invasión!”, clamaba una mujer en la zona centro de la ciudad.
La ciudadanía ceutí exigía una la reacción de nuestro país ante un problema mayúsculo, sin precedentes. Ante una invasión en toda regla, orquestada desde el reino alauí.
Comenzaron las devoluciones de menores a Marruecos. En total fueron 55, hasta que la Fiscalía de Menores tomó cartas en el asunto, ya que aquello olía a chamusquina. La cosa se complicó hasta tal punto que se emprendieron acciones penales contra la propia delegada del Gobierno, a la sazón Salvadora Mateos, y contra la responsable de la Ciudad Mabel Deu, procedimiento que aún sigue abierto.
Muchos ciudadanos estiman que la gestión de Mateos y Deu fue impecable dada la alarma y también el caos que se registraban en la ciudad. Era una decisión la que tomaron que fue comprendida por la ciudadanía, dada la caótica situación que se vivió en Ceuta ante una invasión en toda regla, impulsada y amparada por Marruecos.
En círculos de observadores y analistas se estima que todos los partidos políticos deberían reconocer la labor que realizaron Salvadora Mateos y Mabel Deu en pro de la ciudadanía ceutí.
