Casi un mes después del inicio de la vista oral por el caso EMVICESA y tras haber pasado por la Sala un sinfín de testigos, acusados e intervinientes en las actuaciones, la investigación parece estar bien dirigida y la denuncia que interpuso la Ciudad por la publicación de la denominada ‘lista fantasma’ en su día, fue correcta.
Como también, tras escuchar las declaraciones de aquellos que estaban involucrados o fueron testigos de lo que estaba ocurriendo con las promociones de 170 y 317 VPO de Loma Colmenar, lo obvio toma más relevancia: Antonio López, no podía seguir ostentando cargo alguno ni relacionado con EMVICESA ni con el Partido Popular. Perdió la confianza del Gobierno de la Ciudad y de algunos compañeros o personas que trabajaban para la sociedad municipal, así como al final también de muchos acusados que dicen que le adelantaron cantidades de dinero para que Antonio les incluyera en la lista de adjudicatarios de viviendas de protección oficial, dinero -miles de euros- que no todos han vuelto a ver, incluso teniendo dificultades económicas. Personas que ahora lo han dejado «en pañales», incluso su ‘amigo’ Hamed, el policía portuario, cuyo testimonio ha sido claro y contundente, siendo una persona que estaba al tanto de todo y en la que se apoyaba el propio López.
De las conversaciones que se han escuchado en la Sala, se aprecia que Antonio López, sin hablar claro sobre el dinero, daba largas a sus «clientes» cuando estos le pedían la devolución de lo pagado al intermediario de Antonio, el policía portuario que ha insistido en que no se quedaba con un solo euro de nadie y que todo era para Antonio López. Pero luego no había adjudicación, no había casa.
Una de las frases más lapidarias que se han escuchado del exgerente de EMVICESA durante el desarrollo del juicio y que se ha quedado grabada en la memoria de muchos es que «en el problema está la oportunidad», lo cual más que una habilidad suya de negocio legal, parece todo lo contrario. Él mismo se ha echado tierra encima y ha dado la razón a su entorno político de entonces, el que lógicamente prescindió de él después del escándalo: una lista incompleta de nombres sin firma ni fecha que se publicó en el Pueblo de Ceuta. Que Antonio niega que la filtrara él, pero esta es una afirmación que se contradice con lo que declaró el trabajador Isaac Medina en Sala, que el mismo día de su publicación López le reconoció que la había filtrado a la prensa, eso acabó diciendo el empleado de la sociedad.
El Gobierno de la Ciudad demostró entonces entereza, por un lado, al cesar a López y actitud, por otro, para esclarecer el desaguisado que nadie que no estuviera implicado en la trama de las viviendas comprendía.
El paso del tiempo, el chorro de declaraciones que se han oído en la vista, vienen a avalar los pasos que dio la Ciudad Autónoma y su Gobierno. No se trataba de dar un comunicado o hacer una rueda de prensa sino que había que denunciar tamaña irregularidad.
¿Qué ha querido decir Antonio López con que en el problema está la oportunidad?. Según lo que han dicho de él testigos y acusados, se aprovechó de su puesto de gerente para obtener dinero ilícito de personas vulnerables o no y que conocía su intermediario, el policía portuario, que dio nombres, cantidades y sitios donde se quedaba para hacer las operaciones de compra de la adjudicación, que nunca tenían evidentemente justificante alguno.
El problema de estas personas es que necesitaban o querían una vivienda y la oportunidad la vio clara el exgerente de EMVICESA, por todo lo escuchado y por lo que dicen los acusados, para engañarlos quedándose en muchos casos con todo el dinero que habían entregado para estar en una lista. Y si Antonio, como dice Isaac Medina, filtró la lista al periódico fue para forzar a la Ciudad a que a las personas que aparecían en la misma se les entregara una vivienda. Lista que solo le sirvió para cavarse su propia fosa.